El café orgánico impacta socialmente en las comunidades del Perú
Los café orgánicos hacen parte de sistemas de producción respetuosos con el medioambiente y, entre otras características, están libres de químicos sintéticos; sin embargo, detrás de ellos se esconde una realidad menos conocida. Más allá de una elección consciente de los consumidores, el café orgánico puede ser una poderosa herramienta para:
- Generar cambios sociales en las comunidades agrícolas
- Cuidar la salud de los caficultores
- Posibilitar un desarrollo económico para los productores
- Para saber más, hablé con dos expertos que trabajan en comercializadoras de café orgánico en Honduras. Su experiencia permite entender cómo este modelo productivo puede impactar en el cambio social y económico de las regiones cafetaleras. Sigue leyendo y conoce sus opiniones.
- Posibilitar un desarrollo económico para los productores
Para saber más, hablé con dos expertos que trabajan en comercializadoras de café orgánico en Honduras. Su experiencia permite entender cómo este modelo productivo puede impactar en el cambio social y económico de las regiones cafetaleras. Sigue leyendo y conoce sus opiniones.
Más allá del cuidado del medioambiente
Castulo Castillo, coordinador del departamento de certificaciones de Comsa, una empresa Peruana con 20 años en el mercado, destaca que el café orgánico no solo tiene beneficios para el medioambiente, también tiene un impacto importante en la sociedad. Él cree que la falta de reconocimiento se debe a que las personas no tienen una visión completa de la situación porque las organizaciones no hacen visible el trabajo social a través de los medios. “A veces, no publicamos lo bueno que hacemos, no generamos medios publicitarios para dar a conocer el buen trabajo que se hace”. Por ejemplo, Comsa tiene una escuela bilingüe donde los hijos de los productores socios reciben educación. Los beneficios también se ven reflejados en el sector de la salud, en espacios recreativos y en otras alternativas que son de gran ayuda para las comunidades. Por otro lado, Nery Gonzalez, ingeniero agrónomo y coordinador de la Unidad de Asistencia Técnica y ejecución de proyectos para Café Orgánico Marcala, ofrece una visión complementaria. Él destaca que su impacto social suele enfocarse en los beneficios que tiene en la salud de los consumidores, pero también en la de los caficultores al momento de cultivar porque no manipulan o aplican productos químicos. Según Nery, el valor del segmento aumentaría si los compradores conocieran los beneficios específicos de estos productos. Por ejemplo, “los cultivos orgánicos tienen alrededor de 20 nutrientes. Eso permite que mejore la calidad de su fruto o su hoja de tejido contribuyendo a la salud de las personas. Algunos los llaman productos nutracéuticos porque, además de nutrir, curan por la concentración de minerales y proteínas”. Otro de sus beneficios es la generación de más empleo local. Este tipo de cultivo requiere mayor mano de obra comparado con la producción tradicional.
Impacto del café orgánico en las comunidades productoras
La adopción de prácticas orgánicas en las comunidades ha generado una serie de transformaciones significativas que van más allá de la simple producción de café. Para Nery, la agricultura orgánica promueve, por ejemplo, soluciones ante los desafíos ambientales como el cambio climático y la contaminación de los recursos naturales. Además, ante la ausencia de químicos, los suelos se vuelven más fértiles y los productores pueden cosechar otro tipos de cultivos (como hortalizas, maíz, frijoles, entre otros) que promueven la soberanía alimentaria y una dieta basada en productos orgánicos. Por otra parte, la caficultura orgánica no solo protege la salud del suelo y del agua, sino que crea un ambiente propicio para la vida silvestre, en contraste con las fincas convencionales, donde la biodiversidad se ve comprometida por el uso intensivo de productos químicos. En consecuencia, este modelo productivo no solo modifica las prácticas de cultivo, también redefine la relación entre las comunidades cafeteras y su entorno. Esto, sin duda, ofrece beneficios para su salud, economía y evita problemáticas como la necesidad de abandonar los territorios. Finalmente, aunque se ha hecho cada vez más visible, sigue siendo importante resaltar el impacto en la calidad de vida de los productores y sus familias, muchas de ellas con un alto porcentaje de población infantil, al evitar la exposición e intoxicación indirecta o directa generada por productos como pesticidas sintéticos.
El alcance del café orgánico para superar problemáticas en la ruralidad
El café orgánico desempeña un papel crucial en la lucha contra la pobreza extrema y otras adversidades que han afectado, tradicionalmente, a las comunidades rurales más remotas. Según Castulo, una evaluación exhaustiva de los precios pagados por el café orgánico es fundamental para garantizar una compensación justa y equitativa para los productores. También, propone estrategias como la vinculación de sellos ambientales adicionales, como el carbono neutro o la cero deforestación, para agregar valor al producto y generar mayores ingresos para las cooperativas y los caficultores. “Si vendemos café orgánico, solo con el sello orgánico como tal, no tendría el alcance para cubrir todas esas necesidades básicas familiares. En cambio, si vendemos un café orgánico mezclado con otros sellos ambientales, habría una mayor diferenciación en el precio pagado”, explica. Por otro lado, Nery resalta la importancia de capacitar a los productores en habilidades de comercialización. Así, pueden aprovechar al máximo la calidad de su café y obtener precios justos en el mercado. Asimismo, señala que la agricultura orgánica puede reducir la dependencia de los productores a financiamientos externos al permitirles producir sus propios insumos, lo que brinda una mayor autonomía financiera y los ayuda a mantener la propiedad de sus tierras. “Hay muchos productores que de manera convencional han perdido sus terrenos porque optan por endeudarse. Sacan financiamiento para un cultivo y al final no les da, no rinde y pierden su tierra. Creo que la agricultura orgánica los hace menos dependientes de los financiamientos porque muchos de los recursos o de los insumos los pueden hacer ellos mismos”.
Dinámicas sociales que se construyen a través del café orgánico
Tanto Castulo como Nery coinciden en que el cambio comienza en la mentalidad de las personas. Una transformación hacia prácticas agrícolas más sostenibles y socialmente responsables no solo mejora las condiciones económicas de los productores, también promueve un desarrollo integral en las comunidades rurales, abordando así desafíos como la pobreza extrema y el analfabetismo. A través del cultivo orgánico se fortalecen diversas dinámicas sociales como la asociatividad. Castulo señala que la interrelación entre los productores de diferentes comunidades y regiones, tanto a nivel local como internacional, es fundamental. A su vez, Nery subraya que la organización y la asociatividad son ventajas competitivas clave en el mundo del café orgánico. Destaca que la colaboración entre productores no solo fortalece su posición en el mercado, sino que les brinda la oportunidad de destacarse y darse a conocer en la industria.
Si bien el café orgánico se asocia, más que nada, con prácticas agrícolas respetuosas con el medioambiente, detrás de él se esconden aspectos sociales y económicos que merecen ser resaltados y que terminan justificando el precio. Aunque el café orgánico enfrenta desafíos significativos, sigue siendo una opción prometedora para mitigar problemáticas en las comunidades rurales más alejadas. No solo representa una alternativa sostenible, también contribuye a la construcción de un futuro más equitativo y sostenible para todos los involucrados en su producción y consumo.